El cosechero: 200 kilos de frutas, la producción de la huerta de la Fundación

(Foto: Emmanuel Ayala)

Rodrigo Falcón, uno de los instructores del área de huerta nos contó sobre la producción y el proceso de siembra y de cosecha de frutas. Ciruelas, peras, manzanas, duraznos y pelones forman parte de la dieta de los estudiantes de la escuela que funciona en el norte de Puerto Madryn.

 

“El balance de producción del año pasado rondó los 1500 kilos de alimentos siendo el maíz para choclo, la papa, el zapallito de tronco y zuchini. Ahora, por suerte y gracias a que se alinearon algunas cuestiones en lo climatológico y al haber podido eludir a las plagas podemos decir que también la producción de fruta ha sido muy positiva ya que tenemos doscientos kilos entre lo cosechado en ciruelas, en su gran mayoría, peras, duraznos y pelones”, nos explicaba, Rodrigo Falcón, uno de los instructores del taller de huerta, esta mañana, en el programa “acariciando lo áspero” que se emite en Radio Escuela Namunkurá, de lunes a viernes.

La producción excedente se utiliza para la realización de dulces y conservas: “Esta cosecha nos va a permitir además de utilizar la producción para los dulces que se necesitan en el desayuno y en la merienda para poder vender al público de la comunidad”, agregó Falcón en cuanto a qué se hace con la producción que se genera en el predio de casi tres hectáreas que posee la Fundación Ceferino Namuncurá en el norte de Puerto Madryn.

Otro de los objetivos a decir del integrante de la organización que trabaja con jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad es la producción de maíz de caña para forraje  de los animales en invierno: “la cosecha de choclo esta temporada seguramente va a superar las expectativas y lo logrado durante 2016 debido a que hay sembrada una mayor superficie que en otras oportunidades. Ahora estamos trabajando cerca de la radio en donde tenemos sembrado varios surcos de acelga, las cuales vienen en crecimiento y tenemos también dos tablones de veinte metros de lechuga y el maíz que también viene creciendo. Estamos haciendo los mantenimientos correspondientes para tener una buena cosecha cuando llegue el momento”, agregó quien a su vez se desempeña en otras áreas de la entidad como en el espacio áulico y en el laboratorio.

106 kilos de ciruelas, 60 kilos duraznos, un cajón y medio de peras son algunos de las cifras que ha dejado la reciente cosecha de frutas, tarea que se lleva a cabo con los estudiantes de la escuela 1737 de la Fundación Ceferino Namuncurá:”La merma en los resultados de las peras tienen que ver con que se dificultó la poda de los perales”, estimó el compañero quien resaltó que se han separado treinta kilos de fruta destinados a la producción de dulces: “Después de la cosecha, llevamos las frutas a cámara, en donde utilizamos agua clorada para sacar la tierra que la recubre y de ahí se establece la selección con el material que está rasgado o picado para elaborar los dulces que se utilizan en el comedor”.

“Puntualmente con los frutales es un trabajo anual que comienza con la poda invernal o pre-invernal, el curado de los árboles para que no lo ataquen las plagas cuando se la planta empieza a tirar la flor. Muchas veces cuando detectamos algún inconveniente hacemos alguna fumigación, sino no es necesario ya que tratamos de evitar el uso de los insecticidas. Entre mayo y agosto se hacen todos esos trabajos sobre el árbol y cuando llega la floración, además de esperar a que no caiga una helada sobre la producción hasta que a mediados de enero, o finales de enero se cosechó la primera tanda de las frutas: lo último que levantamos fueron manzanas que se llevaron al comedor para los pibes”, explicó Rodrigo.

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